Hola amigos/as, llega al blog el tan polémico “temita”, que inunda las redes sociales. En este post, no pretendo entrar en la controversia de; si son necesarios o no, o en qué cantidad deben mandarse. Es bien sabido que el tema “deberes”, nos trae de cabeza a muchos, no solo a padres, sino también a profesores y centros. Mi opinión se quedará al margen, porque hablar por hablar…no sirve de nada, y mi interés va encaminado en plantear posibles soluciones prácticas a los retos que nos enfrentamos cada día. Así que, yendo al grano, con la sana intención de intentar ayudar, con “trucos de andar por casa”, a padres amigos y conocidos, expondré algunas actividades y rutinas que pueden ayudar, a nosotros y a nuestros hijos, a la hora de hacer frente a; proyectos, deberes, tareas, exámenes… que se conviertan en una actividad más a realizar durante el día, y que formen parte constructiva de sus vidas y las nuestras.
Parto del punto de vista de que los deberes, y demás menesteres, tienen el objetivo prioritario de enseñar a pensar, actuar y adquirir competencias necesarios para “la vida”, por lo cual, intentaremos aprovechar el tiempo y buscaremos soluciones prácticas para que esto se haga realidad y que, el trabajo bien hecho, dé sus frutos. Sacar buenas notas es posible, pero con trabajo y esfuerzo. Nuestros hijos están inmersos en un sistema educativo que exige la adquisición de innumerables competencias “básicas”, repartidas en multitud de asignaturas.
En primer lugar, si tenemos hijos pequeños, de hasta 6 años, intentaremos poner a su alcance la posibilidad experimentar con todo tipo de actividades y materiales, del día a día, que tenemos a nuestro alcance, y que pueden ser partícipes y usuarios, sin demasiados preparativos. Muchas competencias, estrategias y destrezas, presentes en el currículo de infantil y primaria, están supeditadas a otras muy básicas y necesarias para “la vida” como; ordenar, limpiar, escuchar, saber esperar, buscar soluciones rápidas ante problemas inesperados, aceptar el fracaso y aprender de él, superar frustraciones, trabajar en grupo, respetar las normas, las diferencias…
Así , por ejemplo, manipular diferentes materiales para realizar juguetes e inventos, hacer dibujo libre, en cualquier momento del día, modelar con distintos materiales, experimentar con arena, barro, agua, materiales de uso doméstico; cazuelas, pinzas, ropa, comida, juguetes “educativos”; puzzles, construcciones, jugar con niños en el parque (sin dirigirles constantemente en el juego y comportamiento, dejándoles ser ellos mismos, corrigiendo a nuestros hijos ,en caso necesario), pelearse con hermanos, primos, amigos…….hará que estén preparados, y habituados, a desenvolverse en su entorno más próximo y con sus iguales, sabiendo solucionar por sí mismos, pequeños retos, tareas y conflictos. Se acostumbrarán a utilizar estrategias sociales, motrices, organizativas, experimentales…y, sobre todo, desarrollar su personalidad, autoestima y curiosidad por aprender, imaginar, experimentar…
Este modo de “vivir” y comportarse, de saber desenvolverse, tanto en su entorno más cercano, como en otros, a lo largo de su infancia, será consecuencia de haber hecho uso de las habilidades y estrategias explicadas. Cuanto más se practiquen, mejor se realizan. Aunque en un primer momento no lo veamos, todas las actividades que puedan desarrollar en el ámbito familiar, desde sus primeros añitos, favorecerán y potenciarán las habilidades y estrategias de las que hablo.
A continuación, citaré algunas de las actividades, que están a nuestro alcance y al de nuestros hijos, y que podemos ofrecerles, para “prepararles y acompañarles” en el maravilloso reto de “vivir la vida de verdad”: Asearse, vestirse, desvestirse, ponerse los zapatos y el abrigo, hacer su cama, ordenar sus cosas, ayudar en casa con hermanos pequeños, poner la mesa, llevar ropa a la lavadora, sacar la ropa y tenderla, ordenar sus cosas y las que vean por casa, llevar una bolsa de la compra, comprar el pan, ordenar lugares comunes; poner bien los zapatos, mochilas, cazadoras, cuidar “las normas básicas de educación” en la calle; aceras, tiendas, establecimientos públicos…y en casa; en la mesa, el baño, salón, habitaciones, escaleras, ascensor…
Por otro lado, no debemos olvidar que la educación emocional nos preocupa, y mucho, por eso también tendremos en cuenta ciertos aspectos que debemos trabajarlos y vivirlos en familia, en casa; enseñarles a ponerse en el lugar del otro, pues a edades tempranas les cuesta pensar en las necesidades, problemas y sentimientos de los demás, y es muy importante ir explicándoles con palabras y hechos que debemos esforzarnos por crear puentes de solidaridad y empatía con las personas que nos rodean. No quejarse todo el rato, consolar a hermanos pequeños y amigos, sentirse útiles dentro y fuera de casa, con encargos y actividades concretas…. les hará “sentirse, y ser, personas de verdad” con ganas de aprender, relacionarse y disfrutar de la vida como auténticos protagonistas, no sólo como espectadores o personajes secundarios, o con un guión muy marcado por los demás, pasivo, sin posibilidades de cambiarlo, mejorarlo…y sin repercusión, ni acción.
Cierto es, que enfrentarse a pequeños o grandes retos, conlleva “sufrir” situaciones incómodas y agotadoras, para los padres y para ellos. Habrá protestas, enfados y disgustos, pero sabemos que educar no es fácil, y nuestras madres nos los repetían con frases como “ya veras cuando seas madre/padre…”, pero, sin lugar a dudas, es el reto más maravillosos que tenemos entre manos, las vidas de nuestros hijos, lo que más queremos y por lo que daríamos nuestras vidas, por eso, veamos lo importante que es ofrecerles vivir sus vidas como verdaderos personajes de historias reales, familiares y sociales, siendo conscientes de que; “somos, son”, capaces de “hacer y conseguir” todo lo que nos propongamos.
En edades tempranas, lo que llamamos “tareas”, para ellos suelen ser juegos, porque sus ganas de experimentar está por encima de todo, son como esponjas. Tenemos que aprovechar esta primera etapa, para que adquieran competencias, destrezas y estrategias necesarias para la vida, para poder “funcionar”, con cualidades y actitudes positivas ante nuevos retos y aprendizajes. Podemos ayudarles a ver que; tanto sus éxitos, como sus fracasos, son buenos siempre que aprendan de ellos, y; ¡que nada es imposible!, todo se puede aprender, conseguir y hacer, si nos empeñamos de verdad en ello. Como leí hace poco; “que nadie te diga; tú no puedes…”. Todos y digo…TODOS, en mayúsculas, podemos aprender a hacer cualquier cosa, mejor o peor, pero lo importante es que no seamos nosotros quienes nos pongamos barreras a dichos aprendizajes, tareas y actividades.
Para encontrar nuestros talentos, sus talentos, debemos “exponernos y exponerles” a esas nuevas tareas y retos, que nos den la posibilidad de “sacar a la luz” lo mejor de sí mismos y, porque no, de nosotros mismos, para desarrollarlos y enriquecerlos.
En el siguiente post sobre deberes, sin abandonar lo dicho en éste, plantearé; actividades, rutinas y estrategias, que pueden facilitar y mejorar la organización y realización de tareas escolares en casa, encaminadas a que asuman la responsabilidad individual que requieren, desarrollando su autoestima, personalidad, seguridad y talentos. Algunas de ellas podrán ponerse en práctica antes de los 2 años, puesto que podremos adaptarlas a su edad, gustos y habilidades, según circunstancias personales, familiares y etapa de la vida por la que estén pasando.
Un cordial saludo.